Descarga la portada en .pdf >> Número 125. Noviembre 2015

Lágrimas por el Guinness

Ya en casa. David García «Lete» y Mario Castro mostraron el título en el Polideportivo. (PAULA FERNÁNDEZ)

David García «Lete» y Mario Castro cuentan la experiencia

de remar casi un día entero en aguas de Murcia

Noviembre 2015 / Deportes

PAULA FERNÁNDEZ (Candás)

Batieron el récord Guinness de dragon boat después de remar lo que viene siendo un día entero (23 horas, 49 minutos y 20 segundos). En ese tiempo avanzaron 187,933 kilómetros por las aguas del Mar Menor. Al completar el recorrido, junto a sus compañeros de la A. D. Pinatarense (Murcia) –entre los que estaba Rubén Álvarez (Los Gorilas)–, David García «Lete» y Mario Castro se abrazaron y lloraron de emoción. Luego, la primera llamada fue a Candás para hablar con sus madres. Los dos deportistas admiten, pocos días después de la hazaña, que «por ahora no pensamos en volver a hacer algo así. Es una locura». Y es que padecieron desde lesiones musculares a hipotermia para desbancar del palmarés a una embarcación australiana.

Comenzaron la prueba a las 11 de la mañana del 31 de octubre, en la albufera del Mediterráneo. «Había mucha mar, viento y lluvia», recuerda «Lete». Las primeras 12 horas no tuvieron mayores complicaciones aunque, a partir de ahí, «estábamos mareados. Cuando íbamos a “mear” se nos movía todo el cuerpo. Tenemos lagunas mentales de algunos momentos», relatan.

Entre medias, la embarcación hizo paradas de 15 minutos para que los deportistas se cambiasen de ropa, comiesen y les hicieran las curas pertinentes.

Las heridas más comunes, en las manos. «Cuando rozabas una uña con algo te hacía un dolor que duraba más de cinco minutos», confiesa «Lete». Castro admite que casi no se puede sentar por el roce con la embarcación.

VÓMITOS

Para estar casi 24 horas remando hay que tener no solo buen tono físico, sino controlar la mente. «Cuando llevábamos 21 horas, yo quería que me sacara la zodiac y abandonar», reconoce Castro. Pero finalmente entre unos y otros fueron animándose y lograron una pericia deportiva que pasará al libro Guinness de los récords. Con el diploma en las manos, dejaron la fiesta para otro momento. El cansancio físico hizo mella como nunca en sus cuerpos. «Comimos un sandwich y poco más, y la mayoría acabó vomitando porque nuestro cuerpo no lo asimilaba, estaba vacío».

«Lete» y Castro, ya en Candás, quieren agradecer el apoyo a todos los que les siguieron y, en especial, a Manuel Fernández (de Herbalife) y a La Barrica 13 por haberles dado una aportación económica para que pudiesen participar en esta prueba única en el mundo.