Descarga la portada en .pdf >> Número 138. Noviembre 2016

La plaza, muy frecuentada por niños, tiene aristas que pueden resultar peligrosas. (L. VENTURA)

LA BARAGAÑA: UNA LOSA

La caída de parte del revestimiento en la

céntrica plaza trae de cabeza al Servicio de Obras

Noviembre 2016 / Carreño
LORENA VENTURA (Candás)

La reforma de la plaza de La Baragaña en 2010 (impulsada por IU con el apoyo de UICA y PSOE) ha acabado por caer como una losa sobre el Ayuntamiento de Carreño. Y no solo porque el resultado no convenció a casi nadie. La mayoría criticó que se había perdido la identidad y que se trataba de una arquitectura fría e incluso peligrosa. Ahora la caída de parte del revestimiento de las paredes trae de cabeza a la sección de albañilería del Servicio de Obras. La responsabilidad recae sobre esta área debido a que venció el periodo de garantía y, además, quebró la empresa constructora (Esyco S.A.). Las obras costaron en su día más de un cuarto de millón de euros (concretamente, 290.401,18 euros).

Los problemas comenzaron el 26 de agosto, cuando cayó la primera pieza del aplacado. La Oficina Técnica Municipal hizo una primera revisión y contactó con el aparejador que ejerció la dirección facultativa de las obras. Días después, ambas partes realizaron un chequeo que llevó a retirar otras dos piezas que estaban sueltas. La solución se presentó complicada (por el tamaño y grosor) y costosa: el anclaje de algunas piezas que estaban sueltas mediante un sistema de amarrado autorroscante de Hilti. Y es que no vale cualquier taladro ni broca.

Los primeros materiales para hacer los arreglos llegaron al Servicio de Obras en la semana del 12 de setiembre. Pero cuando los albañiles del Consistorio procedieron a hacer el anclaje continuaron los problemas. «Debido a la dureza y espesor del aplacado (granito rojo Guangxi, de 4 centímetros) se necesitaban unas brocas especiales (dureza y longitud) que hubo que gestionar», clarificaron desde el Ayuntamiento.

Finalmente, se empezaron los trabajos, que aún no han acabado. «Se sigue con las obras en función de la disponibilidad de personal porque el anclaje de las piezas es laborioso, al ser de 30X40 centímetros», indicaron.

El arquitecto que ganó el concurso de ideas para la reforma de la plaza, el ovetense Miguel García Pola, defendió su proyecto como una mirada al devónico y que dicho espacio iba a tener el rojo característico de la geología típica de Carreño. Pero la piedra, que en su día tuvo que ser importada de China, sigue causando trastornos. Dos meses después de la caída de la primera losa aún no se ha encontrado una igual, por lo que estaba previsto su sustitución la primera semana de noviembre por granito «Rosa Porriño».

Hueco donde había una loseta que tiene que ser sustituida. (L. V.)

¿Fue un error utilizar materiales tan costosos? «Es triste que un proceso en un espacio emblemático como puede ser La Baragaña de Candás, que con toda la mejor voluntad de una Corporación se pretende hacer un arreglo y se hace un concurso de ideas y que al final se generen este tipo de dificultades cuando fue un proyecto participado», valoró la regidora, Amelia Fernández López.

¿La reforma de La Baragaña, ha acabado por convertirse en el capricho de un arquitecto? Desde el Consistorio se recuerda que los profesionales deben conocer la funcionalidad de un espacio y el entorno antes de desarrollar un proyecto para acertar. «Lo que no parece lógico es que La Baragaña tenga tantas aristas cuando es un espacio que fundamentalmente está enfocado para niños o que esté más oscuro tras la reforma», opina la alcaldesa. Fernández López pone de ejemplo del buen hacer el proyecto de ampliación de la Biblioteca Pública Municipal realizado por el arquitecto municipal, Fernando García Sandín. «A veces lo que se hace desde casa no se valora tanto porque no tiene la marca de un profesional estelar, pero fue capaz de jugar con el modernismo, encajarlo con lo que ya existía y encima ser funcional y acogedor».