Descarga la portada en .pdf >> Número 140. Enero 2017

Correos retiene ropa sucia 26 días y obliga

a declarar el valor de cada prenda íntima

Una pareja de Luanco, que había viajado a Canarias, pone en caso en manos de un abogado porque «fue una humillación muy grande»

Enero 2017 / Gozón

LORENA VENTURA (Luanco)

La Sociedad Estatal Correos y Telégrafos retuvo una caja con ropa sucia 26 días, obligó a sus propietarios a declarar el valor de cada prenda íntima y penalizó el envío con el doble de su coste. Se trata del «via crucis» vivido por Cayetano Pelayo Fernández y Ana Fernández Braña desde el 24 de noviembre y que aún no tiene visos de terminar. «Fue una humillación muy grande», resumen.

El caso está en manos de un abogado y de la Oficina del Consumidor. Los afectados exigen 134 euros porque tuvieron que tirar la ropa por «encontrarse inservible e irrecuperable (mohosa y podre)». En la reclamación se detalla claramente su valor: 12 bragas (20 euros), 12 calzoncillos (20 euros), 24 pares de calcetines (24 euros), 10 camisetas (30 euros), 4 bañadores (20 euros) y 4 pantalones cortos (20 euros).

Todo comenzó el último día de unas idílicas vacaciones en Las Palmas de Gran Canaria. La pareja decidió no facturar más maletas y enviar la futura colada de 18 días de asueto por paquete azul porque, en teoría, resultaba más económico. En un principio pagaron 30,31 euros. La idea les acabó por salir cara.

De entrada, la oficina de Correos del aeropuerto no les puso ningún problema. «Seguimos las instrucciones del personal y cubrimos todos los impresos que nos dieron, incluido una declaración para la aduana, donde pusimos que se trataba de ropa (efectos personales) por retorno de vacaciones, que empaquetamos allí mismo», explican en la reclamación.

Once días después, recibieron el primero de los seis requerimientos de Adt Postales (internet está lleno de quejas y reclamaciones sobre las supuestas prácticas fraudulentas de esta empresa que gestiona los envíos aduaneros para Correos). Se solicitó al matrimonio el trámite de importación del paquete y se exigió la presentación de facturas, documentos de identidad y descripción del contenido del paquete. Los reclamantes enviaron la documentación y firmaron una declaración jurada de que se trataba de ropa usada durante las vacaciones.

Pero nada, tampoco. El 8 de diciembre la subcontrata de Correos vuelve a la carga: hay que justificar la naturaleza del envío como efectos personales con «baja consular, justificante de estudios, contrato de trabajo o billetes de avión». Y el matrimonio remitió los vuelos con Iberia. Adt Postales exigió más: una descripción de la mercancía, cantidad y valor de cada prenda detallada.

Con más paciencia que el santo Job, los afectados enviaron una declaración del contenido del paquete e incluso las facturas del viaje. A la subcontrata no le sirvió y ya el 13 de diciembre pidió el tique de compra de cada prenda. «Solo gastamos 70 euros en una sudadera y unos pantalones en Springfield y les mandamos la factura. No compramos tabaco, alcohol ni ningún aparato electrónico. Fue todo un absurdo. Ni que trajéramos armas o drogas», clama la pareja. Finalmente, se aceptó la documentación el 15 de diciembre. Aunque la odisea no acabó ahí. La empresa advirtió que iba a mandar por e-mail un presupuesto por los «gastos de tramitación» para «liberar» la mercancía. Otros 30,34 euros.

Cuatro días después, el dichoso paquete llegó en Luanco. La pareja, con un cabreo monumental, exigió una factura detallada por esos supuestos gastos de importación y tramitación. Ni la oficina de Correos de Zapardel ni Adt Postales la facilitan. Ambas empresas se remiten una a la otra para su solicitud, pero ninguna la proporciona. «Sospecho que la caja no ha estado en aduanas», opina Fernández.