Una firma impide que los herederos de «Pepe El Tornillos» sean indemnizados
El juez entiende que el marinero no debió ir a faenar solo a pesar de haber un informe favorable para ello, pero que no estaba firmado
03/04/2019 / Carreño
LORENA VENTURA (Candás)
Mapfre España S. A. no tendrá que indemnizar, al menos por el momento, a los herederos de Joaquín Cuervo Serrano, más conocido como «Pepe El Tornillos» porque, a pesar de que había solicitado autorización para faenar solo, el informe favorable de Capitanía Marítima de Gijón no estaba firmado por la autoridad pertinente. «El capitán estaba ausente de su puesto. Me imagino que estaría en periodo vacacional porque era pleno mes de agosto», explica Antonio Pineda García, abogado que representó a la familia del pescador. El letrado confirmó que se ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Supremo. La última documentación se presentó a principios de marzo. Y es que el fallo de la Audiencia Provincial ya admite «dudas» sobre la cuestión enjuiciada, de ahí que no proceda a la imposición de costas.
Este fleco burocrático, la ausencia de rúbrica, ha permitido a la aseguradora no abonar a la comunidad hereditaria de Cuervo Serrano la cantidad de 82.500 euros más intereses, que marcó una sentencia del 20 de marzo de 2018 del Juzgado de lo Mercantil número 3 de Gijón, que fue recurrida y que fue revocada por la sección primera de la Audiencia Provincial tras una deliberación que tuvo lugar el 21 de enero de este año. La cuantía se basó en sendos informes periciales encargados por Pineda García y por la aseguradora en relación al seguro de cascos (grandes riesgos) que contaba la embarcación. «El barco era nuevo, apenas tenía tres meses. Se le está reclamando el valor íntegro que está cubierto en póliza», explicó el abogado de la familia.
Cabe recordar que el malogrado pescador desapareció en la mar el 1 de setiembre de 2014. Por causas desconocidas su barco embarrancó en una escollera a pocos metros de Candás y quedó destruido sin que se pudiera encontrar el cuerpo del candasín. Al año del suceso, constó oficialmente como fallecido.
Cuervo Serrano tenía suscrito un seguro para su barco, pero la aseguradora defendió que, según las condiciones generales, no tenía que responder «a los daños provenientes de dolo o negligencia grave del armador». Inicialmente la embarcación debía salir a la mar con dos personas (un patrón y un marinero) para cumplir con la Tripulación Mínima de Seguridad. Pero el propio Cuervo Serrano había tramitado el 13 de enero de 2014 ante Capitanía Marítima de Gijón la solicitud para tripular la embarcación una única persona, de conformidad al Real Decreto 963/2013 de 5 de diciembre (con su entrada en vigor ya no es exigible una dotación mínima de dos tripulantes).
Poco antes del accidente, el marinero fue requerido para presentar más documentación, que fue aportada el 6 de agosto de 2014 en Luanco. Cinco días después, Capitanía Marítima de Gijón emitió un informe favorable para que el barco pudiera ser tripulado por una sola persona pero «no disponía aún de la pertinente resolución firmada, debido a que el capitán marítimo de Gijón no se encontraba en la Capitanía Marítima para firmar dicha resolución».
El abogado de Mapfre insistió en que el accidente carece de cobertura por «la falta de documentos (…) prescritos en reglamentos de Marina o de Navegación». En otras palabras, que Cuervo Serrano no cumplió con las previsiones legales sobre asignación de tripulaciones mínimas de seguridad porque el informe «no había llegado a ser firmado cuando aconteció el suceso». Y, siguiendo la tesis del apelante, si hubieran ido dos personas en el barco y el candasín hubiese caído al agua, «podría haber sobrevivido y la embarcación no habría sido dañada».
La Audiencia Provincial da por buena la argumentación: «El único dato demostrado es que cuando aquel decidió salir solo a bordo de la embarcación lo hizo a pesar de carecer de autorización para ello (…). Se trata, en definitiva, del incumplimiento de una norma reglamentaria que se encuentra en relación causal con la producción del siniestro».
El barco quedó encallado en la zona de la Buraca. (E. F.)
«Indiscutiblemente fue un gran mazazo»
El abogado de la familia no comprende
por qué se pone en duda a un organismo oficial
L. VENTURA (Candás)
«Indiscutiblemente fue un gran mazazo, por eso se ha mandado directamente al Tribunal Supremo». Se trata del resumen que hace Antonio Pineda García, abogado que representó a la familia de Joaquín Cuervo Serrano frente a Mapfre.
El letrado no comprende por qué el juez de segunda instancia hizo una serie de interpretaciones «que no tienen sentido alguno» e incluso puso en duda los informes de un organismo oficial, llegando a decir que su contenido «no resulta neutral».
«Se está poniendo en duda un documento público, como es el de Capitanía Marítima, que tiene presunción de veracidad, si no estaría prevaricando el funcionario que ha mandado esos informes», valora el letrado. También choca que no se haya tomado como prueba el testimonio del marinero que normalmente navegaba con Cuervo Serrano, que afirmó que el finado sabía que tenía la resolución favorable de que podía ir solo a la mar. Pineda Garcia espera que al final todo salga bien «porque no sería de justicia que no fuera así. La familia no se lo merece», aunque admite que será una cuestión difícil porque «sabemos que el Supremo es un órgano complicado, ya simplemente que admitan el recurso».
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