El Nodo por un tubo

Marzo 2016 / Carreño

PAULA FERNÁNDEZ (Candás)

El Nodo festejó el décimo aniversario de su cena anual a lo grande, con folixa por un tubo. Nunca mejor dicho. En un tubo se quedaron parte de los 66 asistentes a este convite justo en el momento en que se hizo la foto oficial de la cita que reúne a nacidos y criados en este emblemático barrio pescador de Candás. Todos, ataviados con un pañuelo conmemorativo con la imagen del cristo candasín, compartieron mantel la noche del 27 de febrero en el restaurante sidrería Santarúa.

El único que faltó, por motivos de salud, fue el homenajeado, Manuel Menéndez Santos. Sus vecinos de barrio le tenían reservado un regalo especial por ser el comensal más longevo y que, hasta el momento, no se había perdido ni un solo convite. Este año, muchos lamentaron no contar con este candasín que, año tras año, escribía un texto para leer entre los asistentes a esta cita anual y se ponía a interpretar tangos entre plato y plato. Menéndez Santos no estuvo en el Santarúa pero recibió una placa de su homenaje dos días después. María Antonia Rodríguez Vega, una de las organizadoras del convite, acudió a su casa para entregársela y «se emocionó porque no se lo esperaba», recordó.

El resto de comensales siguieron la fiesta hasta las tres de la madrugada en la cafetería Armu al son de música de los años 70 y 80. Y allí los vecinos del Nodo bailaron juntos, tanto los que viven en Candás como los que tuvieron que emigrar a otros puntos del país como Marilis Angulo González, que a pesar de que tiene su vida en Bilbao, «nunca se pierde la cena», atestigua Rodríguez Vega. La fiesta dio para mucho más y los hubo que acabaron a altas horas en la zona de pubs de Candás.