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15 AÑOS DE LAS EXPROPIACIONES DE BALBÍN

Una familia recibe más de 650.000 euros por un terreno expropiado en Balbín

Noviembre 2017 / Gozón

LORENA VENTURA (Luanco)

La Caja General de Depósitos recibió 658.000 euros la última semana de octubre con destino a una de las familias expropiadas (son varios herederos) por las instalaciones deportivas de Balbín. Según confirmó el alcalde, Jorge Suárez, el Consistorio aprobó la transferencia por la finca número 6. Se trata del terreno afectado más grande de Moniello, que cuenta con una extensión de más de tres hectáreas (32.694 metros cuadrados).

El equipo de gobierno entiende que lo mínimo que vale la finca es 625.097,86 euros y solicitó un crédito bancario para hacer frente a tan abultada cuantía. Se ingresó más porque la valoración del jurado de expropiación resultó ser superior a la determinada por el Ayuntamiento y, por tanto, «se estima que el importe importe consignado es provisional, hasta la resolución definitiva del expediente en vía judicial». El regidor valoró que es un adelanto y que podría haber más pagos, dado que los propietarios piden 2,1 millones de euros por la parcela.

El Consistorio rechazó la hoja de aprecio presentada por el abogado de la parte interesada a razón de 64,91 euros el metro cuadrado porque «no se utiliza el mismo método residual dinámico», que incluye tener en cuenta diferentes variables como los datos sobre el uso, los aprovechamientos o la situación de urbanización de fincas similares, entre otros. Se da por buena la hoja de aprecio del Ayuntamiento basada en el peritaje de la arquitecta municipal que fija el precio en 19,27 euros el metro cuadrado. La funcionaria destaca en una memoria que «son terrenos con topografía llana bien conectados».

Para hacer la valoración se basa, entre otros, en la promoción inmobiliaria más probable a desarrollar y se utiliza como espejo el plan especial de La Vallina. También se tuvo en cuenta 20 «testigos» del mercado inmobiliario en 2005, es decir, transmisiones reales de compra-venta de vivienda cuyo valor medio se fijó en 1.233,03 euros por metro cuadrado.

Los afectados llevan reclamando pagos desde hace 15 años. En julio de 2002 se aprobó el plan especial para destinar las parcelas de Moniello a instalaciones deportivas. En un principio, se estipuló que los terrenos eran no urbanizables y en 2005 se ingresó el justiprecio marcado por la administración. Sin embargo, una sentencia del Tribunal Supremo de enero de 2011 dictaminó que debían valorarse como suelos urbanizables. Otra sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias de octubre de 2014 estableció que la fecha de estimación sería 2005.

UN MILLÓN EN DOS AÑOS

El Consistorio ha tenido más gastos derivados de las expropiaciones de Balbín, concretamente las sentencias firmes en el caso de la fincas números 1, 3 y 9. De hecho, sumando la número 6, abonó más de un millón (1.031.000 euros) en los dos últimos años. Previamente, cuando se llevó a cabo la expropiación (año 2005) ya había adelantado por dichos terrenos 260.000 euros. En términos de superficie, el conjunto abarca 38.700 metros cuadrados.

El total afectado son 56.700 metros cuadrados. Restan por conocer los justiprecios determinados por el jurado de expropiación de las restantes fincas (las número 2, 4, 5, 7 y 8), que abarcan un espacio de 18.000 metros cuadrados, pendientes de resolver y sobre las que ya se abonó 123.000 euros.

Los titulares reclaman 2,1 millones de euros por la parcela al Ayuntamiento

Los terrenos se expropiaron para hacer instalaciones deportivas. (L. VENTURA)

Noviembre 2017 / Gozón

LORENA VENTURA (Luanco)

Una de las cuestiones que la arquitecta municipal tuvo en cuenta de cara a realizar una valoración de los terrenos expropiados para hacer el complejo deportivo de Balbín fueron los plazos de construcción, comercialización y ejecución de otras dos zonas de Luanco: La Vallina y Altamira.

En el caso de La Vallina se estableció que el plan parcial de la primera, aprobado en 2002, «está edificado al 95%». Un porcentaje que podría ser sensiblemente superior tras la reactivación de las promociones que quedaron paralizadas por la crisis, la más numerosa la conocida como «esqueleto», tres edificios detrás del campo de fútbol de Miramar que se están actualmente rematando y que albergan más de 100 pisos. El desarrollo urbanístico abarcó 235.000 metros cuadrados de terreno para la construcción de pisos, adosados y chalés. El plan supuso ampliar el parqué inmobiliario en 1.300 viviendas.

La otra cara de la moneda es la zona de Altamira, donde no está vendido ni el 40% de lo planificado. El plan especial abarcó una superficie edificable de 18.840 metros cuadrados y fue aprobado en agosto de 2005. Una década después, de la previsión de 188 pisos protegidos, solo se solicitó licencia para 75.