Descarga la portada en .pdf >> Número 204. Mayo 2022

Condres, albergue de refugiados

Un inmueble de Bocines sirve de alojamiento provisional

para familias de Ucrania que huyen de la guerra

30/04/2022 / Gozón

LORENA VENTURA (Bocines)

Condres ha acogido en las últimas semanas a varias familias que huían de la guerra de Ucrania. La iniciativa partió de una mujer de Moldavia, quien se puso en marcha desde el minuto 1. «El 24 de febrero mi vida se paró. Para mí Ucrania es como para España su vecino Portugal. Pasé mi infancia en el Mar Negro y tengo muchos amigos allí. Compartimos el idioma, la cultura… todo», expone esta persona, quien no quiere protagonismo. Solo ayudar. «Ojalá el día tuviera 48 horas. No soy una ONG, no soy una empresa. Hago todo lo que puedo. Esto es muy duro. Me está afectando muchísimo», describe.

La posibilidad de alojar a refugiados le surgió en el centro deportivo al que suele acudir. Pidió ayuda (comida y medicamentos) y un vecino de la comarca enseguida la llamó por teléfono. «Me ofreció su vivienda. Le comenté que era complicado traer a personas e insistió. Entonces logré un transporte y conductores para trasladar a gente que ya estaba en Polonia», explica.

El inmueble de Bocines sirve como lugar de acogida provisional. A partir de ahí, la mujer busca a los refugiados un trabajo y una vivienda. «Están dispuestos a aceptar cualquier puesto. Son gente con manos y cabeza», indica la mujer. Entre los refugiados hay profesionales como un arquitecto, un informático o un contable.

A cierre de esta edición, aún residían en Condres «trece personas, pero llegaron a ser más de 30. Varios han encontrado casa y trabajo en León, Gijón, Madrid, Avilés... Lo he hecho por los críos, también por mí porque ayudar me hace sentirme bien», dice el vecino que los ha acogido, quien tampoco quiere que la labor humanitaria se personalice en él.

PROFESORA PARTICULAR

El hombre explica que los más pequeños están aprendiendo el idioma porque acude a Bocines «una maestra a darles clase» entretanto se matriculan en un colegio. «Ya se van soltando», apunta.

En el último Pleno del mes, salió a colación que las familias de «tres niños ucranianos habían solicitado matrícula en La Canal, pero que finalmente iba a estudiar en La Vallina».

Por otro lado, la moldava confiesa que está agotada por los trámites y gestiones que está realizando. «Hay muchos problemas. Un día es una cosa y otro día es otra. Me está desbordando», añade.

De todas formas, la mujer prosigue con su empeño de ayudar en todo lo que está en su mano porque «yo estuve en una situación similar hace 20 años y hoy tengo una familia, una hipoteca, una vida normal».

De ahí que trate de buscar una salida a las personas que viven temporalmente en Condres. «He traído a esta gente y no los puedo dejar. Ellos piensan que soy Dios», dice con preocupación. Esta persona también está distribuyendo alimentos y productos de primera necesidad, ayuda en trámites médicos a «niños con discapacidad y mayores enfermos». Lo último es facilitar ropa de primavera-verano a los menores.

La iniciativa privada de Condres se ha adelantado a la idea de trasformar la Ciudad de Vacaciones en un lugar de residencia para los ucranianos que huyen del conflicto bélico. La alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández López, trasladó la petición de la asociación de vecinos Río Espasa de Perlora a la Dirección General de Cooperación al Desarrollo del Principado de Asturias. La primera edil también ha puesto literas y colchones a disposición de quien los necesite.

PERLORA

La asociación vecinal decidió proponer la iniciativa en una reunión celebrada el 2 de marzo. Consistía en apremiar al Ayuntamiento para que a su vez solicitara al Principado la utilización del que fue recinto vacacional (lleva sin actividad desde 2006) como lugar de acogida, como ya se hizo con los refugiados bosnios durante la Guerra de los Balcanes a principios de los 90. «Se podrían acometer obras de reparación de las instalaciones utilizando los fondos europeos», planteaba José Manuel García Yebra, miembro de Río Espasa. El gerente del Teatro Prendes, Alain Fernández, recordó la propuesta durante la entrega del reconocimiento a la Mujer del Año de Carreño 2022. «Ahora que estamos tan solidarios, tengo que personalmente invitar al Gobierno del Principado de Asturias a que invite a los ucranianos a los chalés de Perlora. Sería una buena manera de volver a ver Perlora con vida», dijo desde el escenario y arrancó los aplausos del público asistente.

Casi dos meses después, aún no se ha habilitado la Ciudad de Vacaciones con este fin. Otras iniciativas solidarias han quedado en agua de borrajas. En la edición de EL FARO de abril, un policía local de Carreño, Eduardo Sabatés, narraba su enorme decepción tras estar varios días conduciendo en dirección a la frontera entre Polonia y Ucrania para traer a refugiados a Asturias, pero «no me dejaron». El hombre tuvo que conformarse con ver a las familias, que estaba en polideportivos, a través de un cristal. «Parece que no hay intención de traer gente de allí o lo hacen de forma muy extraña», valoraba sobre la actividad de algunas oenegés.

Por estas fechas también se cerraban los locales de recepción de donaciones para Ucrania de las calles Escultor Antón de Candás y Hermanos González Blanco de Luanco. La iniciativa sufrió un parón por problemas derivados de la huelga del transporte, aunque tiempo después parte del grupo de Candás solicitaba a través de las redes sociales un nuevo lugar en el que almacenar los productos. «Nos reunimos con la alcaldesa a toda prisa, nos hicieron una fotografía, pero no volvimos a saber más», expone Francisco Javier Mateos Fernández, uno de los vecinos que forma parte del grupo.