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Una de las imágenes remitida a este periódico sobre el estado del cuartel de Luanco. (E. F.)

Dos de las imágenes remitidas a este periódico sobre el estado del cuartel de Luanco. (E. F.)

El cuartel de Luanco, fuera de
los planes estatales de mejora de instalaciones

Vecinos reclaman la rehabilitación del edificio porque su deterioro evidente puede «poner en peligro al personal»

30/04/2022 / Gozón

LORENA VENTURA (Luanco)

La casa-cuartel de Luanco se ha quedado fuera de la partida de 9,3 millones de euros del gobierno central en Asturias para realizar mejoras de eficiencia energética en las instalaciones de la Guardia Civil y la Policía Nacional dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, sufragado con fondos de la Unión Europea. El objetivo es la reducción del consumo energético en las instalaciones con un mejor y mayor aislamiento.

La mayor parte de la partida se irá para el acuartelamiento de Luarca (3.089.856 euros), seguido del de Pola de Laviana (1,8 millones de euros), el recinto policial Buenavista (1,43); Cangas de Onís (1,17), Vegadeo (1,15) y las comisarías de Gijón (12.886 euros) y Oviedo (10.309). Las mejoras tienen que estar finalizadas antes de acabe 2023. Del desarrollo de las mismas velará el IDAE y el Ministerio del Interior.

Que Gozón y Carreño no estén dentro de estos planes ha sentado como un jarro de agua fría a algunos vecinos. Así lo ha dejado constar una mujer que acudió a hacer una gestiones al cuartel ubicado en Nembro, quien reclama mejoras en el edificio porque su deterioro evidente puede «poner en riesgo al personal, ya que, recuerda, «ahí vive gente».

«No es una incidencia aislada», puntualiza, al tiempo que pone de relieve que «la fachada es lo que más me asustó. Nunca había entrado y me quedé perpleja».

Esta persona remitió un dossier porque «las fotos hablan por sí solas». En ellas, se muestran que diferentes puntos del edificio se encuentran vallados por la caída de cascotes de piedra de la fachada y los balcones están cerrados con ventanas de madera en aparente mal estado. Precisamente en estas zonas es donde las deficiencias son más visibles. Con los desprendimientos ha quedado a la vista el forjado de la planta, algo que podría llevar a su corrosión.

El Ministerio del Interior aún no ha aclarado qué inversiones habrá en las dependencias de Gozón y Carreño en un futuro. No obstante, fuentes policiales restan importancia al asunto porque «por dentro están bien; cuentan con calefacción (y otros servicios)» y que el edificio está habitado «al 85%».

También explican que hace tiempo hubo un «presupuesto integral» para arreglar el edificio, pero que finalmente «no se ejecutó al haber otras prioridades». Y es que son muchos los cuarteles de la Guardia Civil que necesitan reformas.

Al margen de una actuación global en las dependencias de Gozón, las mismas fuentes señalan que sí se realizan labores de mantenimiento de forma periódica, ya que una vez al año se remite un listado con las necesidades. Y si hay algo urgente, «se arregla al momento».

El mal aspecto exterior del cuartel podría hacer pensar que el edificio es de hace más de 50 años, pero no es así. El Catastro señala que su antigüedad se remonta a 1980. Con carácter general, los bloques de pisos de más de medio siglo están obligados a pasar por un Informe de Evaluación de Edificios (IEE) y, de obtener una valoración desfavorable, realizar obras.

El cuartel de Carreño, sito en la plaza Gremio de Mareantes, está en mejor estado que el de Luanco, aunque también precisa reformas. Los calabozos de Candás fueron clausurados en 2020 a raíz de una inspección del Defensor del Pueblo, quien solicitó al Ministerio del Interior una serie de mejoras. Entre ellas, adecuar las puertas de las celdas porque son de barrotes con una placa para la cerradura, lo que podría ser usado por los detenidos para autolesionarse o suicidarse.