30/06/2023 / Carreño

NADIA HEVIA (Candás)

Los vecinos de Valdés Pumarino no pueden más y denuncian que, desde hace algún tiempo, vienen sufriendo el exceso de ruido de un local hostelero de la calle. Y no sólo eso, sino que también aseguran que el establecimiento supera el aforo en innumerables ocasiones e, incluso, que en el interior se sirven bebidas alcohólicas a menores de edad.

«Es un despropósito porque no es que tengan música amplificada, sino que directamente ponen bafles exteriores», asegura una de las residentes de la calle, quien no quiere imaginar lo que estarán padeciendo los vecinos que viven en los primeros pisos, en contacto directo con el local. «Con el sueño de la gente no se puede jugar», añade. Respecto la licencia para poner música amplificada, algo ratificado por Policía Local de Carreño, recuerda cómo hace años el establecimiento ofrecía música en directo «y nunca hubo una queja ni una denuncia».

Además del ruido y el exceso de aforo, también dicen tener constancia de la venta de alcohol a menores y de diversos incidentes de los que queda constancia a la mañana siguiente de una noche de copas en forma de «regueros de sangre por toda la calle». Por otro lado, la suciedad también supone un problema. «Al día siguiente de San Antonio cualquiera podía cortarse con los vasos y botellas rotas que había en el suelo», lamentan. En ese sentido, reclaman que, al menos, el propietario del local «recoja la mierda de la zona» y advierten de que cualquier día pueda haber una desgracia.

Pese a las denuncias de los vecinos, tanto a través de llamadas a la Policía Local como de denuncias formales, los agentes no han podido comprobar nada de lo denunciado, a excepción de un exceso de aforo del que se ha dado traslado al departamento sancionador del Ayuntamiento de Carreño para que este dirima la necesidad de adoptar alguna medida. Desde Jefatura dan fe de la existencia de diferentes denuncias, principalmente por incumplimiento de horario. Sin embargo, asegura que el local cuenta con licencia para música amplificada desde que el propietario del antiguo establecimiento de conciertos en directo hubiese hecho una importante inversión para insonorizarlo. «Al tener esa licencia pueden abrir hasta las tres y media de la madrugada por semana y hasta las cinco y media los fines de semana y vísperas de festivos», señala, entendiendo que la amplitud de apertura pueda causar algún tipo de molestia a los vecinos, si bien «en las inspecciones realizadas no se pudo comprobar ese exceso de ruido». Tampoco la venta de alcohol a menores ni la presencia de bafles «ni en el exterior ni encima de la barra». Sólo una vez se detectó el exceso de aforo, tramitando una denuncia por parte de los agentes.