Descarga la portada en .pdf >> Número 247. Diciembre 2025

UN VIAJE A LA ESPERANZA

Un grupo de 17 sanitarios, entre ellos una enfermera de San Jorge, estarán hasta el 10 de diciembre en Senegal con un proyecto humanitario

05/12/2025 / Navidad

LORENA VENTURA (Heres)

Es su sexto viaje a Senegal para «cambiar la vida» al pueblo de los Diola en la región de Casamance, que se define con la palabra «teranga» (hospitalidad). Tienen muy poco, pero dan mucho. «Son animistas; confían en el alma de las personas y en la naturaleza. Allí no hay ningún tipo de conflicto y celebran las festividades de las diferentes religiones», explica Patricia Artime Rego, enfermera de San Jorge de Heres y vocal de la ONG Nan-Nala y que emprendió su sexto proyecto humanitario el pasado 27 de noviembre y se alargará hasta el 10 de diciembre. También participa como voluntaria la luanquina Cecilia Fernández.

Artime llevó un granito de su tierra, no sólo de la comarca de Avilés, sino de su parroquia. La Fundación Escuelas San Jorge de Heres donó 400 euros a dicha ONG días el 8 de noviembre. La cantidad fue recaudada en el stand de cestería que tuvo la fundación en el evento «Peñes Rural» y que se desarrolló en el marco de las actividades «Vientu de Seronda». «Fue un detallazo; estoy muy contenta», valora Artime, que recuerda que la entidad colabora cada año. «Sus integrantes hacen bolsos con telas africanas que venden para poner en los mercadillos y aportan ropa infantil y medicamentos», agrega.

El cometido de Nan-Nala consiste en pasar consulta gratuita a pacientes que no tendrían acceso a la sanidad. «Viven situaciones muy complicadas y les cambias la vida. A un hombre hubo que amputarle un pie para que no se muriera de la infección y, a una niña, le operamos del corazón», concreta. La población agradece mucho el trabajo de la ONG, a pesar de sus limitados recursos. «Te abren las puertas de su casa. Nos vino el alcalde del pueblo, también muy humilde, con un cesto de cacahuetes», recuerda la enfermera sobre el nivel de empatía de la población africana, ya que, «muchas veces, no necesitas ni hablar el mismo idioma para entenderte».

Luz en el paritorioAdemás de atención médico-sanitaria, el equipo ofrece charlas en los colegios sobre aspectos relacionados con la prevención de enfermedades partiendo de la básico como la importancia de lavarse las manos y los dientes.

Entrega del cheque de la Fundación Escuelas de San Jorge.

Artime atiende a un paciente de Senegal. (P. A.)

Completa la misión con la reparación de infraestructuras como, por ejemplo, dotar de electricidad a un colegio o poner luz en un paritorio. «El año pasado construimos una escuela infantil», señala la profesional.

Este año repararán los tejados de unas escuelas y, de cara a 2026, hay un proyecto para «la creación de una sala materno-infantil con, al menos, cuatro incubadoras». Artime también ha llevado material sanitario, escolar y ropa para los pueblos bereberes del desierto de Marruecos y a Gambia.

La enfermera explica que la organización surgió en su primer viaje humanitario cuando compartió experiencias y valores con un grupo de sanitarios del norte de España. «Tuvimos mucho “feeling” y trabajábamos bien en equipo. En 2023 decidimos crear la ONG Nan-Nala, que significa “te extraño o te echo de menos”, que es lo que nos pasa cuando tenemos que volver a España, a este mundo consumista donde el servicio de salud está bajo mínimos y la gente se queja. Allí, los pacientes esperan doce horas con una sonrisa para que les atiendas», explica.

La organización se financia a través de la organización de eventos, algunos de ellos planificados por la gozoniega como los realizados en «Las Dunas de Verdicio» o en «Casa Cefero» de San Jorge. En ellos, se da a conocer a la asociación, se vende lotería y hay rifas. A través de su página web y de las redes sociales también se pueden comprar camisetas y lotería o hacer donaciones. Lo recaudado se destina íntegramente a proyectos humanitarios en África. Los sanitarios costean los viajes de su propio bolsillo, tal y como marcan los estatutos de la ONG. «Que la gente se anime a colaborar porque con un apoyo mínimo podemos hacer algo grande, podemos cambiar la vida de las personas», destaca.

El año pasado, la ayuda llegó a más personas gracias a la excepcional donación de 3.000 euros que hizo Noelia Rodríguez, la mejor amiga de Artime, «enferma terminal de cáncer y que quiso tener un detalle con el que se pudo hacer algo más importante».